Foro teórico «Empoderamiento femenino en la industria: Retos y logros en grandes producciones»
«La gente tiende a asociar el maquillaje con un oficio glamuroso y exclusivamente femenino», dice Saraï Fiszel, y explica: «Sin embargo, es un trabajo muy físico, requiere mucho esfuerzo y tiene unos horarios muy locos, por lo que no siempre es realizado por mujeres».
Fiszel es una maquillista de moda y de cine, que ha estado involucrada en grandes producciones hollywoodenses. Ella fue la responsable de hacer pasar a la actriz Natalie Portman por el personaje real de Jacqueline Kennedy en la cinta biográfica Jackie.

Sobre esa experiencia de 2016 señala la especialista francesa: «Hubo que hacer un arduo trabajo de búsqueda histórica. Luego, con el director Pablo Larraín, se dio un gran debate sobre si acudir a la opción extrema de poner prótesis o usar el retoque de maquillaje para acercarse a la imagen del personaje histórico». Esta última fue la estrategia que se impuso, y el resultado recibió el premio de mejor maquillaje en los 22 Critic Choice Awards.
Si el panel sobre temáticas de género de la mañana anterior en la Casa de Cultura de Gibara había girado sobre female gaze (mirada femenina) y male gaze (mirada masculina) y los conflictos de la representación de la mujer en el cine y en otras artes, por el contrario, en el encuentro del miércoles 16 de abril, moderado por el periodista Rubén Ricardo Infante, se abordó directamente la participación femenina en las distintas labores de la industria del cine y su posible expansión en la actualidad.

«Tuve la suerte de que España fuera escogida como plató para Juego de tronos», cuenta Elena Núñez, quien tuvo la oportunidad de desempeñarse como supervisora de vestuario en esa aclamada superproducción. Sobre el valor de su trabajo, la española expone: «Esa labor implica poner en práctica lo que el diseñador de vestuario quiere, y tiene una importancia decisiva, porque define a los personajes y los ubica en su contexto histórico y social».

Por su parte, la invitada que se desempeña como artista escénica en Nueva York, Kate Fitzgerald, expone los rigores de una actividad que precisa «pensar mucho en los detalles para crear el mundo físico en el que transcurre la historia filmada».
Tanto ella como las otras dos convidadas al panel coinciden en que la realidad está cambiando, y hoy se ve a mujeres implicadas en especialidades de la creación cinematográfica que antes eran impensables. Según Núñez, «el machismo sigue existiendo, pero ya se ven hasta mujeres haciendo cámara o a madres trabajando en el set con sus niños pequeños».
Para Fiszel, todavía falta, pero «el empoderamiento va por buen camino, y además hay menos competitividad y mayor sororidad entre las mujeres que trabajan dentro de esta industria».

Este foro mañanero de voces femeninas fue antecedido por la inauguración de la Sección Industria del 19 Festival Internacional del Cine Pobre con un adelanto de su Foro Tecnológico. Ahí, Theo Odegard, funcionario de Cooperación de la Embajada de Noruega, que apoya este Foro, calificó a la cita de Gibara de «espacio fundamental para el arte, la innovación y la diversidad de voces en el ámbito cinematográfico de Cuba», y brindó información sobre la contribución del Fondo Noruego en la realización de unas 140 películas realizadas por cubanos.

También intervinieron Frank Batista y Wilker López, en representación de la productora Desde Cero, y Daniel Arévalo, de La Tiza Producciones, para dar a conocer la cartera de servicios audiovisuales ofrecida por sus respectivas entidades.
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