Estudios Churubusco Azteca extienden su acción hasta Gibara

Los Estudios Churubusco Azteca SA no serán milenarios, pero sí se inscriben entre los estudios cinematográficos más antiguos de Latinoamérica. Inaugurados desde 1945 en una colonia de Ciudad de México, tienen en su nutrido catálogo de producciones la cinta El crimen del padre Amaro, nominada al Oscar en 2002; la excelente película Japón, de Carlos Reygadas, y la recreación biográfica Frida, que protagonizó Salma Hayek en la piel de la célebre pintora Frida Kahlo.

Para que se tenga idea de su importancia, fueron uno de los cuatro grandes estudios de la Época de Oro del cine mexicano, y se estima que el 95 % de las películas producidas en México desde 2000 han usado muchos de los servicios proporcionados por estos Estudios. Y ahora han llegado hasta el Festival de Gibara en su 18 edición, como muestra de su interés por extender al cine cubano su labor en servicios de posproducción.

(Foto: Alba León Infante)

Alexis Triana, presidente del ICAIC, hizo la introducción al foro teórico sobre servicios de posproducción en el cine Jibá, durante la mañana del miércoles 7 de agosto, donde participaron los representantes de Estudios Churubusco SA: Claudia G. Covarrubias, directora de Producción y Comercialización; y César Rattoni, director de Posproducción. Triana hizo alusión a los acuerdos con estos Estudios, que van a permitir la culminación de la película Teófilo, dedicada al extraordinario boxeador cubano Teófilo Stevenson.

En la charla participó también el argentino Federico Jacobi, director de cine que fue beneficiado por su relación con estos Estudios, y una parte del equipo con el que realizó la película El arranque, cuyo estreno pudo ser disfrutado en la pantalla oscura de la villa costera que aloja a FICGIBARA.

(Foto: Alba León Infante)

Claudia G. Covarrubias resaltó en su intervención la importancia de los festivales como un espacio para hacer contactos y descubrir proyectos como El arranque. Presentado en la sección de Cine en Construcción del Festival de Cine en Guadalajara, este proyecto les llamó la atención por sus posibilidades, contenidas en un buen guion y destacados desempeños actorales.

Tras una presentación en video de los Estudios Churubusco SA, Covarrubias aclaró que: «A pesar de la dimensión de los Estudios, no solo servimos para empeños de gran presupuesto, sino que también podemos apoyar a proyectos menores, que nos parezcan interesantes».

(Foto: Alba León Infante)

El argentino Jacobi dijo que su película «conecta perfectamente con el Manifiesto del Cine Pobre», por ser «independiente, autogestionada, comunitaria», y que se siente «agradecido de estar en el Festival de Gibara». A continuación, elogió «los servicios de alto nivel y profesionalidad» ofrecidos por los Estudios mexicanos para afrontar la posproducción de su película.

Mediante la exhibición de una escena del filme en dos versiones ―una con la mezcla de sonido ya completa y el otro con solo la pista de sonido ambiente construida en la posproducción―, Covarrubias y Rattoni ejemplificaron el tipo de trabajo desarrollado en la posproducción de El arranque.

(Foto: Alba León Infante)

Un par de anécdotas sirvieron también para mostrar la complicidad creativa y el aprendizaje mutuo de saberes técnicos y culturales que arroja un intercambio de este tipo. Jacobi insistió: «No me canso de alabar el nivel de compromiso, contacto constante y rigurosidad con el que se emprendió esta posproducción». Para reafirmar sus palabras, estuvieron presentes además el guionista Pablo Viollaz, y Silvina Feraud, de la compañía Mataca Films, que produjo la película.

Charlas y encuentros teóricos

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